La niña de corazón puro decidió hacer un compilado de su propia música, tuve la suerte de acompañarla. lamentablemente en los días de trabajo no salieron muy bien las cosas, los nervios consumían las notas y los problemas técnicos eran evidentes, al terminar mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a una pequeña planta con hermosas flores y tocó cada pétalo con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su preocupada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó y beso tiernamente a sus padres. y se dirigio directamente a su piano (nicho de grandes creaciones), comenzó a tocar bellas melodias y yo quede pasmado al oir tan bella musica.
De regreso me acompañó hasta a la salida. Cuando pasamos cerca de la planta, sentí curiosidad
y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.
“Esta es mi planta de los problemas —contestó—. Sé que no puedo evitar tener problemas en la música, en los estudios, en el diario vivir, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi familia ni a mi piano. Así que simplemente los cuelgo en la planta cada noche cuando llego a casa, y en la mañana los recojo otra vez. Lo divertido —dijo sonriendo— es que cuando salgo a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.
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