Una vez un hombre era perseguido por dos delincuentes que querían matarlo. El hombre ingresó a una casa abandonada y con tal desesperación elevó una plegaria a su Dios de la siguiente manera:
"Dios todopoderoso, haz que dos arcángeles bajen y tapen la entrada para que no entren a matarme". En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la casa en la que se encontraba, y vio que apareció una arañita y empezó a tejer una telaraña en la entrada. El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
"Señor, te pedí arcángeles, no una araña." Y continuó: "Señor, por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme". Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observo a la arañita tejiendo la telaraña. Estaban ya los delincuentes ingresando en la casa anterior de la que se encontraba el hombre y éste quedó esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron frente a la casa en la que se encontraba el hombre ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escucho lo siguiente:
"Vamos, entremos a esta casa...No... ¿No ves que hay telarañas?, esta claro que en esta casa abandonada nadie ha entrado hace años¡¡¡¡¡."